Media Maratón Corazón de Asturias (14.feb.2016)


El reto

El reto consiste en correr mi primera media maratón, en un tiempo entre 1h40' y 1h50'.

Antecendentes

No me cansaré de repetirlo: nunca he sido un fan del running. De hecho, muchas veces intenté convertir el salir a correr en un hábito, pero me aburría mucho y, además, me cansaba muy pronto. Y es que creo que nadie podrá negarme que hay una gran diferencia entre las sensaciones que uno siente al practicar los llamados deportes de acción con las sensaciones obtenidas cuando corremos. Y a mi me gustán más las primeras.

Sin embargo, dos grandes razones me llevaron a volver a intentarlo de nuevo a finales de 2014:

De modo que, con esos objetivos en mente, en Noviembre de 2014 comencé a correr y, de hecho, ese mismo 31 de diciembre me atreví con mi primera carrera popular, la San Silvestre de Oviedo (5,5k) que, al menos, conseguí acabar.

Así acabé el 2014, y el 2015 continué corriendo, empezando con la Farinato Race, y otras carreras como la Carrera Solidaria (5k) contra el Hambre en Oviedo, un trail de 12k por el Naranco (Oviedo), la Nalón Beasts Race (10k) y alguna otra cosilla poco seria hasta, animado por un buen amigo, atreverme con algo como la Behovia-San Sebastian de 20k (BSS-2015), donde por motivos de salud (la semana de la carrera había tenido una gastroenteritis acompañada de fiebres altas) y el calor reinante (unos 25-27º toda la carrera a pesar de estar en Noviembre), hicieron que mi tiempo y, más importante aún, mis sensaciones, fuesen realmente malas.

Así que tenía una espina que sacarme y, con la Media Maratón "Corazón de Asturias" 2016, una oportunidad de oro para hacerlo.

Desarrollo

El 14 de febrero, con bastante retraso, llegó el invierno a Asturias, esa noche unos vecinos tuvieron una fuerte discusión que propició que uno de mis hijos se despertase y, por consiguiente, hizo que no pasase mi mejor noche y, para colmo, desde hacía más de una semana venía arrastrando un catarro (con una fuerte laringitis asociada) que no acababa de curar. Además, en casa estábamos con los preparativos para una mudanza y por la tarde tendría que poner rumbo a Santiago de Compostela para un par de cursos que tendría que impartir durante la siguiente semana. Desde luego las considiones no parecían las más adecuadas para afrontar ningún reto.

Pero quizá ese fuese realmente mi reto: complemtar mi primera media maratón en unas condiciones que lo convirtiesen en algo épico.

De modo que me desperté a las 8:00 de la mañana, me tomé un desayuno consistente en un té en mi vaso de sidra, y unas galletas maría con mermelada. Organicé un par de cosas de la mudanza ("esto nos lo llevamos nosotros, esto y esto los de la mudanza..."), y me preparé para la carrera vistiéndome y preparando una muchila con una muda de ropa seca.

A las 9:45 vino a buscarme César, el mismo amigó que había conseguido liarme para la BSS-2015, y pusimos rumbo a Posada de Llanera donde entre lo difícil que resultó aparcar, y la lluvia y el granizo que caían sin tregua, casi logran desanimarnos haciendo que volviésemos al calor de nuestras respectivas casas.

Sin embargo no habíamos venido a dejarnos vencer por los elementos y, finalmente sin darnos mucha importancia, empezamos a prepararnos y comenzamos a calentar en la que sería la recta de salida y meta de la prueba.

Y sin más llegaron las 11:00, y el comienzo de la carrera.

La carrera consitía en una vuelta a un circuito pequeño y dos vueltas a un circuito grande. Y el circuito pequeño y la mitad del primer grande me los merendé sin piedad a buen ritmo (algo por debajo de 4:45 porque conseguí alcanzar a la liebre de ese ritmo a pesar de haber salido por detrás suyo).

Sin embargo, no se si por mis piernas o por mi cabeza, pero de pronto hubo un silencioso 'click' que hizo que no pusiese mantener el ritmo y, en torno al km 7 u 8 empecé a ver como cada vez más, la liebre que había conseguido alcanzar (y con ella César) se empezaban a alejar.

Es cierto que cuando algo así te ocurre, tu cabeza no suele ponerse de tu lado, y empecé a pensar que quizá esta tampoco fuese mi oportunidad y, o bien mi espinita se clavaría aún más, o bien tuviese incluso que abandonar.

Y sin embargo mis pieras aún continuaban haciéndome avanzar, y mi cabeza empezó a contagiarse. Y así llegó el kilómetro 9, y al acercarme al 10 preparé uno de los geles que habia traído y en cuanto vi el abituallamiento me lo tomé para luego darle un buen trago al agua y así recuperar energías.

Y los metros seguían sucediéndose, y conseguí completar la primera vuelta al circuito grande y, con ello, recuperar parte de la motivación perdida.

Pero unos nubarrones negros llegaron (literalmente, no es una metáfora) y cuando comenzaba mi segunda vuelta al circuito grande comenzaron a descargar una buena ración de granizo. Además, para colmo, la liebre de los 5:00/km y el grupo que le seguía me alcanzó y me rebasó sin mucho esfuerzo. Y así llegó el desánimo de nuevo.

Pero de nuevo volvieron los metros que se venían sucediendo uno tras otro para devolverme a la realidad: ya llevaba más de la mitad de la carrera y me acercaba falizmente al km 15, donde de nuevo podría repetir la "operación gel" para recuperar energía.

Y aunque a partir de ese momento me siguió adelantando gente, ya no podía abandonar... sabía que ya no iba a quedar cerca de la 1h40', ni por debajo de la marca de 1h45', pero estaba convencido de que sí lograría quedar por debajo de la marca de 1h50', superando así mi reto. Y acerté. Mi tiempo final fue de 1h48'22"... nada malo si tenemos en cuenta el poco tiempo que llevo corriendo, las malas condiciones atmosféricas (frío, lluvia, granizo...) y ese catarro que, en el momento en que escribo estas lineas (3 días después de la carrera) aún mantiene su influencia en forma de tos y afonía cada vez más severa.

Fotografías

(Fuentes: Daniel García, MV Foto, Pedro Pablo Heres y Corremontes)

Aprendizaje(s)

Si algo me llevo de haber superado este primer gran reto de conseguir cubrir mi primera media maratón es que no debemos cejar en nuestro empeño cuando nos planteemos un reto. Puesto que si bien conseguirlo te dará una gran satisfacción, simplemente intentar superarlo te proporcionará grandes experiencias y sensaciones que, en otro caso, no hubieras tenido.

Agradecimientos

A mi mujer que, a pesar de estar inmersos en un proceso de CAMBIO (mudanza incluida) ha sabido comprender mi necesidad de superar este gran primer reto.

A César, por meterme el gusanillo con los 20k de la BSS 2015, provocando sin querer aquella espinita que he logrado sacarme al vencer el reto de mi primera media maratón.

Y finalmente, a la Organización y los voluntarios que hicieron posible esta carrera, por aguantar estoicamente a pesar del mal tiempo, facilitándonos en todo momento a los corredores todo aquello que pudimos necesitar.